Porque somos iguales
cuando viniste a mí con esa luz de calma
para abrirme la puerta del firmamento.
sentí amor y te pedí que me quisieras
y te apreté con las fuerzas que aún hoy puedo.
y fuimos juntos por las nubes en paseo,
ardiendo, poquito a poco, como lumbre.
Que hay que vivir como tormenta y trueno.
Los dos somos uno “Pero enamorados”.